“No todo lo que brilla es oro”
...Bien decía mi abuela.
Quizás como hombre, me deslumbré por su belleza,
por ella estuve dispuesto a sacrificar todo:
“mis amigos, mis sueños, mi intimidad...”
por su belleza quise construir un altar
para adorarla siempre...para ofrendarla...
como si de una diosa se tratara.
“No todo lo que brilla es oro”...Bien decía mi abuela.
Su belleza me alienó,
ya no era yo, sino un autómata que
en su interior conserva la semilla de la libertad.
Algún día romperé mi altar y me iré con
los trozos de mi ilusión rota.
Algún día germinará aquella semilla y...
no podré detenerla...algún día, tal vez,
no necesite un ídolo...porque
habré comprendido que la verdadera belleza
nace y se cultiva en el interior de cada persona, y...
hay que descubrirla...
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