ME ACOMPAÑA GENTE ESTUPENDA... DE "ESA GENTE QUE ME GUSTA"...

martes, 27 de enero de 2009

NO ME LLAMES EXTRANJERO...

No me llames extranjero

porque haya nacido lejos

o porque tenga otro nombre la tierra

de donde vengo.

No me llames extranjero

porque fue distinto el seno

o porque acunó mi infancia

otro idioma de los cuentos.

No me llames extranjero

si en el amor de una madre

tuvimos la misma luz

en el canto y en el beso

con que nos suenan iguales

las madres contra su pecho.

No me llames extranjero

ni pienses de donde vengo.

Mejor saber dónde vamos,

a dónde nos lleva el tiempo.

No me llames extranjero

porque tu pan y tu fuego calman

mi hambre y mi frío

y me cobija tu techo.

No me llames extranjero.

Tu trigo es como mi trigo,

tu mano como la mía,

tu fuego como mi fuego,

y el hambre no avisa nunca,

vive cambiando de dueño.

Y me llamas extranjero,

porque me trajo un camino,

porque nací en otro pueblo,

porque conozco otros mares,

y un día zarpé de otro puerto.

Si siempre quedan iguales

en el adiós los pañuelos

y las pupilas borrosas

de los que dejamos lejos

los amigos que nos nombran

y son iguales los besos

y el amor de la que sueña

con el día del regreso.

No, no me llames extranjero.

Traemos el mismo grito,

el mismo cansancio viejo

que viene arrastrando el ser humano

desde el fondo de los tiempos

cuando no existían fronteras

antes que vinieran ellos;

los que dividen y matan,

los que roban, los que mienten,

los que venden nuestros sueños,

ellos son los que inventaron

esta palabra EXTRANJERO.

No me llames extranjero,

que es una palabra triste,

que es una palabra helada,

huele a olvido y a destierro.

No me llames extranjero. Mira

tu niño y el mío,

cómo corren de la mano

hasta el final del sendero.

No los llames extranjeros.

Ellos no saben de idiomas,

de límites, ni banderas. Míralos,

se van al cielo

con una risa paloma

que los reúne en el vuelo.

No me llames extranjero.

Piensa en tu hermano y

el mío,

el cuerpo lleno de balas

besando de muerte el suelo.

Ellos no eran extranjeros,

se conocían de siempre.

Por la libertad eterna

igual de libres murieron.

No me llames extranjero.

Mírame bien a los ojos

mucho más allá del odio,

del egoísmo y el miedo,

y verás que soy persona.

NO PUEDO SER EXTRANJERO.


Canción-Poema.  Rafael Amor y Alberto Cortez

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