TIEMPO MÁGICO

Conté mis años y descubrí que tengo mucho menos tiempo para vivir de aquí en adelante que el que viví hasta ahora.

Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades. No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados. No tolero a hipócritas ni falsos que sólo se mueven por propio interés y prestigio personal ególatra.

Me molestan los envidiosos, reptiles, que tratan de desacreditar a los más capaces para apropiarse de sus logros. Ya no tengo tiempo para proyectos que se discuten desde acomodados y confortables sillones de cuero, ni participaré en conferencias que establecen plazos fijos para erradicar la miseria del mundo.

Ya no tengo tiempo para soportar la falta de acción de personas que, a pesar de su edad, son inmaduras. Mi tiempo es escaso como para discutir estúpidamente: mi alma tiene prisa.

Quiero vivir al lado de gente muy humana, que tenga sentido del humor, que sepa reírse de sus errores, que no se envanezca de sus triunfos, que no huya de sus responsabilidades y que defienda la dignidad de los marginados.

Caminar junto a personas de verdad y disfrutar de los afectos absolutamente sin fraudes. Nada en este mundo tiene sentido, si no tocamos el corazón de las personas. Si la gente crece con los golpes duros de la vida, también puede crecer con los toques suaves en el alma.

(Hay fuentes que atribuyen el texto a  un autor Mejicano).

 

Envío realizado por Natalia Oliva García.