ME ACOMPAÑA GENTE ESTUPENDA... DE "ESA GENTE QUE ME GUSTA"...

martes, 17 de marzo de 2009

EL TREN...



Hace algún tiempo atrás, leí un libro que comparaba la vida con un viaje en tren. Una lectura extremadamente interesante, cuando es bien interpretada.
La vida no es más que un viaje por tren, repleto de embarques y desembarques, salpicado de accidentes, sorpresas agradables en algunos embarques y profunda tristeza en otros.

Al nacer, nos subimos al tren y nos encontramos con algunas personas las cuales creemos que siempre estarán con nosotros en este viaje: nuestros padres.
Lamentablemente la verdad es otra. Ellos se bajaran en alguna estación dejandonos huerfanos de su cariño, amistad y su compañía irreemplazable. No obstante esto no impide que se suban otras personas que serán muy especiales para nosotros.

Llegan nuestros hermanos, amigos y esos amores maravillosos de las personas que toman este tren, habrá también los que lo hagan como un simple paseo, otros que encontraran solamente tristeza en el viaje...Y habrá otros, que circulando por el tren, estarán siempre listos en ayudar a quien lo necesite.
Muchos al bajar, dejan una añoranza permanente...Otros pasan tan desapercibidos que ni siquiera nos damos cuenta que desocuparon el asiento.

Es curioso constatar que algunos pasajeros quienes nos son más queridos se acomodan en vagones distintos al nuestro. Por lo tanto se nos obliga hacer el trayecto separados de ellos. Desde luego, no se nos impide que durante el viaje recorramos con dificultad nuestro vagón y lleguemos a ellos...
Pero lamentablemente, ya no podremos sentarnos a su lado pues habrá otra persona ocupando su asiento. No importa; el viaje se hace de este modo: lleno de desafíos, fantasías, esperas y despedidas...Pero jamas regresos.

Entonces hagamos este viaje de la mejor manera posible. Tratemos de relacionarnos bien con todos los pasajeros, buscando en cada uno lo mejor de ellos. Recordemos siempre que en algún momento del trayecto, ellos podrán titubear y probablemente precisaremos entenderlos...Ya que nosotros también muchas veces titubeamos, y habrá alguien que nos comprenda.

El gran misterio, al fin, es que no sabremos jamas en que estación bajaremos, mucho menos dónde bajaran nuestros compañeros, ni siquiera el que esta sentado en el asiento de al lado. Me quedo pensando si cuando baje del tren, sentiré nostalgia...Creo que si. Separarme de algunos amigos de los que hice en el viaje sera doloroso.

Dejar que mis hijos sigan solos será muy triste. Pero me aferro a la esperanza de que, en algún momento, llegaré a la estación principal y tendré la gran emoción de verlos llegar con un equipaje que no tenían cuando embarcaron. Lo que me hará feliz será pensar que colaboré con que el equipaje creciera y se hiciera valioso.

Amigo/a mío/a, hagamos que nuestra estadía en este tren sea tranquila, que haya valido la pena. Hagamos tanto, para que cuando llegue el momento de desembarcar, nuestro asiento vacio, deje añoranza y lindos recuerdos a los que en el viaje permanezcan. A ti, que eres parte de mi tren, te deseo 
 ¡¡Feliz Viaje!! 

Desconozco el autor/a.
Envío que agradecemos a Lorenzo del Rosario Godoy

2 comentarios:

  1. Muy bonita la metáfora; pero la verdad que este tren llamado vida, está para tirarse en marcha da igual donde caigas.

    Saludos

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  2. ¡Hola Manuel!...me has hecho sonreir...(aunque vaya algo en serio lo que comentas).
    Si piensas "tirarte" del tren, procura hacerlo en un lugar "mullidito" donde al caer no te hagas daño...por si acaso, descubres desde el suelo y con "los pies en tierra firme" una perspectiva diferente y novedosa que te sorprenda de la vida...
    No dudes llevar en tu equipaje "tu sentido del humor" me ha encantado.
    ¡Muchas Gracias por tu comentario y...¡¡Suerte!!

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