De repente,
cuando despierto en la mañana
me acuerdo de mi,
con sigilo abro los ojos
y procedo a vestirme.
Lo primero es colocarme mi gesto
de persona decente.
Enseguida me pongo las buenas
costumbres, el amor filial, el decoro, la moral,
la fidelidad conyugal:
para el final dejo los recuerdos.
Lavo con primor
mi cara de buena ciudadana
visto mi tan deteriorada esperanza
me meto entre la boca las palabras,
cepillo la bondad
y me la pongo de sombrero
y en los ojos
esa mirada tan amable.
Entre el armario selecciono las ideas
que hoy me apetece lucir
y sin perder más tiempo
me las meto en la cabeza.
Finalmente
me calzo los zapatos
y echo a andar; paso a paso...
Mercedes Carranza (Colombia)
Publicado en: Agenda Mujeres 2008
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