ESTAMPA DE OTOÑO

¡Qué variable es el tiempo!.

Si hace tan solo unos días, lucía un sol radiante, picón y las playas se mostraban llenas de bañistas, en un periquete vemos como las nubes han tomado el cielo, cubriéndolo y haciendo descargar una lluvia fina, serena e ininterrumpida.

El panorama cambia de repente y esta situación, que no sabemos si durará mucho, (ya que en las islas, el verano se resiste a abandonarnos hasta mediados de octubre o incluso algo más adelante...), nos hace recuperar del fondo del armario algunas prendas de abrigo.

Si el verano invita, al disfrute a "proyectarnos hacia afuera", relacionarnos, salir, aligerar en vestuario y en obligaciones, (en la medida en que se pueda). El otoño en cambio, es una vuelta a la labor de la siembra, una oportunidad de emprender o retomar determinados objetivos, mirar hacia dentro, invitándonos al recogimiento, el silencio y la instropección. Es curioso, como estando arropados, tendemos a autoabrazarnos.

Son deliciosos estos días que no estropean, ni causan los estragos de otras zonas devastadas por una fuerza natural desmedida.

Hoy invita a mirar a través de la ventana, o bien a dar un paseo bajo el paraguas salteando los charcos, y oliendo el aroma que desprende la tierra mojada.

Leer, escuchar música y preparar sin prisas lo necesario para la semana... son actividades que se me antojan propicias para este día en el que ando inmersa en mis propios pensamientos...

Eu