Al fin del semestre invitamos a Rosa a hablar. Fue presentada y se aproximó al podium. Cuando comenzó a leer su charla preparada, dijo simplemente:”Discúlpenme, ¡estoy tan nerviosa!...Nunca conseguiré colocar mis papeles en orden, así que déjenme hablar a ustedes sobre aquello que sé:
Ella despejó su garganta y comenzó:
“No dejamos de jugar porque envejecemos; envejecemos porque dejamos de jugar”.
Existen solamente tres secretos para que continuemos jóvenes, felices y obteniendo éxito:
•Se necesita reír y encontrar humor cada día.
•Se necesita tener un sueño, pues cuando estos se pierden, uno muere...¡Hay tantas personas caminando por ahí que están muertas y ni siquiera lo sospechan!.
•Se necesita conocer la diferencia entre envejecer y crecer...Si usted tiene 19 años y se queda tirado en la cama por un año entero sin hacer nada productivo, terminará con 20 años...
•Si yo tengo 87 años y me quedo en la cama por un año y no hago cosa alguna, quedaré con 88 años...Cualquiera consigue quedar más viejo. Eso no exige talento ni habilidad.
La idea es crecer a través de la vida y encontrar siempre oportunidad en la novedad: Los viejos generalmente no se arrepienten por aquello que hicieron, sino por aquellas cosas que dejaron de hacer.
Las únicas personas que tienen miedo a la muerte son aquellas que tienen remordimientos.
Al de este año, Rosa terminó el último año de la facultad que comenzó tantos años atrás. Una semana después de doctorarse, Rosa murió tranquilamente durante el sueño. Más de 2.000 alumnos/as de la facultad fuimos a su funeral en tributo a la maravillosa mujer que enseñó, a través de su ejemplo, que “NUNCA ES DEMASIADO TARDE PARA SER TODO AQUELLO QUE UNO PUEDE PROBABLEMENTE SER”.
QUE BONITO EU, Y QUE RAZON TIENE, NUNCA ES DEMASIADO TARDE, TENIENDO EN CUENTA QUE SE PUEDE HACER, SI LO CREES POSIBLE LO QUE SIEMPRE HAS QUERIDO HACER, ISABEL
ResponderEliminar