Nació en fecha patria, el 9 de julio de 1935, en Tucumán, en un hogar humilde. Y se hizo conocida en la década del 50’ en un programa radial. Desde allí no paró y poco a poco se convirtió en un referente ineludible del cancionero popular argentino y latinoamericano junto con Atahualpa Yupanqui. Con más de 50 años y 30 discos editados, Haydée Mercedes Sosa falleció hoy en el Sanatorio Trinidad de esta ciudad.
De su infancia tucumana viene el apego por las expresiones artísticas populares. Recién salida de la adolescencia, le gustaba bailar y enseñaba danzas folklóricas. También cantaba.
Integrante del “Movimiento del nuevo cancionero”, una corriente renovadora del folklore, nacida en Mendoza, se encargó de retratar la vida cotidiana del hombre argentino y la cultura del interior del país.
En 1965, de la mano del cantor Jorge Cafrune, participó del Festival de Cosquín y llamó la atención del público por la cadencia de su voz y el contenido de sus letras. Desde allí se convirtió en una marca insignia de la cultura musical del país.
Tocó en todos los escenarios del mundo, abrió el espectro de su repertorio al rock y recibió el reconocimiento de todos sus colegas.
En 1970 participó en el filme ‘El Santo de la Espada‘, de Leopoldo Torre Nilsson y dio a conocer dos discos importantes en su carrera: ‘El grito de la tierra‘ y ‘Navidad con Mercedes Sosa‘.
En este período grabó, entre otras, “Canción con todos” y “Cuando tenga la tierra”, de Ariel Petrocelli y Daniel Toro y la bellísima ‘La Navidad de Juanito Laguna‘, del ‘Cuchi‘ Leguizamón y Manuel J. Castilla.
Por sus ideas políticas fue detenida en 1979 en la ciudad de La Plata, junto con el público que fue a verla cantar. Ese mismo año se instaló en París y en 1980 se afincó en Madrid. Sin embargo, podía entrar y salir del país, pero tenía prohibido hacer shows. Recién en 1982, un par de meses antes de la Guerra de Malvinas, regresó a los escenarios locales.
Con el retorno de la democracia su relación con los músicos argentinos se hizo más fluida. En 1985 grabó el disco “Vengo ofrecer mi corazón”. En la placa registra canciones trascendentales como la de Fito Paez que le da título al trabajo, pero también ‘Razón de vivir‘ y ‘Madre de madres‘, de Víctor Heredia, ‘Entre a mi pago sin golpear‘, de Carlos Carabajal y Pablo Raúl Trullenque, ‘Canción para Carito‘, de Antonio Tarragó Ros y León Gieco.
En la década del 90’, realizó recitales por Europa y todo el mundo. Este año dejó su último legado. El bellísimo disco doble “Cantora”, grabado con figuras señeras de la talla de: Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Caetano Veloso, Pedro Aznar y Luis Alberto Spinetta, entre otros.
Fuente: Cronista.com
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