ME ACOMPAÑA GENTE ESTUPENDA... DE "ESA GENTE QUE ME GUSTA"...

domingo, 8 de noviembre de 2009

¿QUÉ ES LO MÁS IMPORTANTE QUE HA HECHO EN SU VIDA?



En cierta ocasión, durante una charla que dí ante un grupo de profesionales, me hicieron esta pregunta:

- ¿Qué es lo más importante que ha hecho en su vida?

En mi calidad de ingeniero industrial, sabía que los asistentes deseaban escuchar anécdotas sobre mi trabajo, entonces les respondí:

- Lo más importante que he hecho en la vida, tuvo lugar el 8 de octubre de 1990. Comencé el día jugando al golf con un amigo mío al que no había visto en mucho tiempo. Entre jugada y jugada me contó que su esposa y él acababan de tener un bebé.

Mientras jugábamos, llegó el padre de mi amigo, que consternado, le dijo que al bebé se lo habían llevado de urgencia al Hospital. En un instante, mi amigo se subió al auto de su padre y se marchó. Yo, por un momento, me quedé donde estaba, sin saber qué debía hacer. ¿Seguir a mi amigo al hospital?. Mi presencia allí, -me dije-, no iba a servir de nada, pues la criatura estará al cuidado de médicos y enfermeras, y nada de lo que yo hiciera o dijera iba a cambiar las cosas. -¿Brindarle mi apoyo moral?- Eso, quizás, pero tanto él como su esposa provenían de familias numerosas, y sin duda estarían rodeados de parientes, que les ofrecerían el apoyo necesario. Lo único que haría yo, sería estorbar. Así que decidí ir más tarde al hospital a visitar a mi amigo. Al poner en marcha mi coche, me percaté que mi amigo había dejado su todoterreno con las llaves puestas, estacionado junto a las canchas. Decidí entonces cerrar su coche e ir al hospital a entregarle las llaves. Como supuse, la sala de espera estaba llena de familiares. No tardó en presentarse un médico, que se acercó a la pareja, comunicándoles en voz baja que su bebé había fallecido. Los padres se abrazaron y lloraron, mientras todos los demás los rodeamos en medio del silencio y el dolor. Al verme mi amigo, se refugió en mis brazos y me dijo:"Gracias por estar aquí". Durante el resto de la mañana, permanecí sentado en la sala de urgencias del hospital, viendo a mi amigo y a su esposa sostener en brazos a su bebe y despedirse de él. "Esto es lo más importante que he hecho en mi vida", y aquella experiencia me dejó tres enseñanzas:

Primera:

Lo más importante que he hecho en la vida, ocurrió cuando no había absolutamente nada que yo pudiera hacer. Nada de lo racional que aprendí en la universidad, ni en el ejercicio de mi profesión, me sirvió en tales circunstancias. A dos personas les sobrevino una desgracia y lo único que pude hacer fue acompañarlos y esperar. Pero estar allí, era lo principal.

Segunda:

Aprendí que al aprender a pensar, casi me olvido de sentir.

Tercera:

Aprendí que la vida puede cambiar en un instante.


Así pues, hacemos planes y concebimos nuestro futuro como algo real, y olvidamos que perder el empleo, sufrir una enfermedad grave o un accidente y muchas otras cosas más, pueden alterar ese futuro en un abrir y cerrar de ojos. Desde aquel día, busqué un equilibrio entre el trabajo y la vida; Aprendí que ningún empleo compensa perderse unas vacaciones, romper con la pareja o pasar un día festivo lejos de la familia. Y aprendí que lo más importante en la vida, no es ganar dinero, ni ascender en la escala social, ni recibir honores. Lo más importante en la vida, es el tiempo que dedicamos a cultivar una amistad.



Por eso doy infinitas gracias a Dios por:

a) Por mis hijos que NO limpian sus cuartos, pero están viendo la tele, porque significa que están en casa y no en las calles.
b) Por los descuentos en mi sueldo, porque significa que estoy trabajando.
c) Por el desorden que tengo que limpiar después de una fiesta, porque significa que estuvimos rodeados de seres queridos.
d) Por el ruído de las campanas de la iglesia, porque eso significa que está junto a mi casa y no he de realizar sacrificados desplazamientos como ocurre en zonas remotas del planeta y además, puedo libremente asistir sin que peligre mi vida, como en otros países.
e) Por la ropa que me queda un poco ajustada, porque significa que tengo más que suficiente para comer.
f) Por mi sombra que me ve trabajar, porque significa que puedo ver salir al sol.
g) Por el césped que tengo que cortar, ventanas que necesito limpiar, cañerías que arreglar, porque significa que tengo una casa.
h) Por las quejas que escucho acerca del gobierno, porque significa que tenemos libertad de expresión.
i) Porque no encuentro estacionamiento, porque significa que tengo un automóvil.
j) Por los gritos de los niños, porque significa que puedo oír.
k) Por la ropa que tengo que lavar y planchar, porque significa que me puedo vestir.
l) Por el cansancio al final del día, porque significa que fui capaz de trabajar duro.
m) Por el despertador que suena temprano todas las mañanas, porque significa que ¡estoy vivo!.

Desconozco el autor/a.
Colaboración y envío que agradecemos a:
Natalia Oliva.



Dice Eu:

En ocasiones, no se hace fácil vivir, entender lo que sucede en el mundo según nuestros parámetros y forma de pensar. Es importante cultivarse internamente para que estos desórdenes y "tsunamis" que nos desestabilizan no puedan con nosotros y no nos hagan caer en el pesimismo o en el derrotismo. Las conclusiones a las que llega el protagonista de esta historia, son evidentes. No esperemos a una desgracia para cambiar y "darnos cuenta".

Tomemos conciencia, o al menos procuremos hacerlo, en el ahora... poco a poco ir creando el hábito para pasar de la "queja" al "agradecimiento".
Seguramente tendremos "motivos" para expresar lo que expresamos, pero también es cierto, que si observamos "saliéndonos de nuestras propias frustraciones" nos daremos cuenta que hay quienes lo están pasando mucho peor. No hablo de conformarnos, sino de positivar y hacer en cada momento, según nuestras capacidades y recursos, lo humanamente posible para construir un mundo mejor. Aportar por pequeño que sea, nuestro granito de arena y contribución a una convivencia más amorosa, servicial y amable, dando importancia a lo que realmente la tiene, y dándonos tiempo (sin prisas) entre los seres humanos. Se hace necesario un diálogo de persona a persona en lo profundo. Interesándonos honestamente por lo que le importa o le preocupa al otr@. Si actuáramos así en lo cotidiano, en este mundo que denominamos "civilizado" nos iría sin duda, mucho mejor...

Recuerdo cuando Manolín "El Canario" misionero en Mozambique, contaba en su blog (diariodemanolin.blogspot.com) de la experiencia de sus primeros días en su lugar de misión, se maravilló -no sin asombro-, de que allí la gente no salía con el "piloto automático puesto", es decir, si alguien acudía a sus actividades diarias y se encontraba en el camino con otro ser humano que necesitaba ayuda o una mano, simplemente le acompañaba, sin más.

Creo que en este -"¿primer mundo?"- nos hemos olvidado de lo sencillo... y nos hemos llenado hasta saturarnos la vida de complicaciones que nos pesan y no nos facilitan el ser más felices.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No dudes en expresar tu opinión. ¡Construyamos!