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miércoles, 13 de enero de 2010

CARTA DE UNA MAMÁ A LOS REYES MAGOS




Dice Eu:

Hoy se cumple una semana de la visita de sus Majestades Los Reyes Magos de Oriente a nuestras casas.

Sí. Ese día en el que no hace ninguna falta utilizar una grúa para levantar y despegar a nuestros hijos/as de las sábanas y el profundo sueño que les embarga durante el resto del año. Es ese día en el que ellos solitos se levantan temprano, antes de amanecer incluso y se acercan con gritos de júbilo a la cama de sus papás anunciando que ¡ya han llegado los Reyes Magos!... que ¡ya están los regalos!.


Cartas de niños y niñas se escribieron muchísimas, aún los pajes se encuentran realizando el recuento de las mismas. Pero, ¿cartas de "Mamás"?...


Precisamente, por su escasez, más que nada por la falta de tiempo que tienen las madres, una de ellas, amablemente ha hecho llegar una copia de la carta que envió a sus Majestades, para que la publiquemos aquí.


No pierdas detalle de lo que esta "Mamá" escribió a los Reyes. A continuación compartimos un documento con el que intuyo... otras muchas madres se sentirán plenamente identificadas. - Dice así:-


Queridos Reyes Magos:



Les escribo esta carta con un lápiz rojo de mi hijo, en el dorso de un recibo, sentada al lado de la lavadora entre un lavado y otro, y quien sabe cuando volveré a tener un poco de tiempo libre en los próximos 18 años.



He sido una buena madre durante todo el año.


He alimentado, aseado y cuidado a mis hijos todos los días.

He visitado al pediatra muchas más veces de lo que he visitado a mi propio médico aún encontrándome mal.

He vendido sesenta y dos papeletas de lotería de navidad del fútbol de mi hijo, he cambiado cromos, comprado chuches...

Llevo a mis hijos al cole, a las actividades extraescolares, les ayudo con los deberes, a preparar los exámenes, juego con ellos, les llevo al parque con sus amigos, a montar en bicicleta etc. etc.

Recojo y ordeno su habitación, que queda como una leonera tras pasar ellos por allí un ratito, es increíble cómo se trasladan los juguetes de las estanterías al suelo porque ¡ninguno los ha cogido!.

Les preparo la ropa, sus mochilas, el almuerzo para el recreo... para que todo esté listo y no les falte nada.

En fin, me esfuerzo en hacer que su vida sea lo más feliz posible, sin problemas ni preocupaciones. Pensaba que quizás, visto que no les he pedido nunca nada, este año podrían traerme algunas cositas...

Aquí tienen mis deseos:

Me gustaría una barriga plana, de esas de las artistas de Hollywood, unos brazos que no dolieran y fueran lo suficientemente fuertes como para apartar a mi hijo del estante de las golosinas, mientras hace una rabieta en medio del supermercado.

También quisiera una cintura, ya que en algún sitio perdí la que tenía, hacia el séptimo mes de mi último embarazo.

También me gustarían unos cristales y paredes resistentes a las huellas y a las pintadas, un rinconcito secreto donde poderme esconder para hablar por teléfono.

En el aspecto práctico, quisiera una muñeca que hable y diga, "Sí, Mamá" para ayudarme en mi autoestima como madre, así como dos niños que no peleen, y tres pares de vaqueros que se abrochen sin necesidad de tanto esfuerzo.

También me gustaría una voz nueva, ya que la mía parece estar fuera del alcance auditivo de mis hijos y por mucho que les hablo no parece que me escuchen.

Sería maravilloso si consiguiera que mis hijos ayudaran en casa sin necesidad de pedir un premio a cambio.

Si fuera tarde para encontrar todo esto, quisiera al menos el tiempo suficiente para mí, para cepillarme los dientes, peinarme decentemente, maquillarme, ir de tiendas a la planta femenina y no sólo a la infantil.

Tiempo para tener el lujo de sentarme y comer la comida caliente, y no fría o sin que tenga que comerla antes o después de que mi familia cene.

Me gustaría experimentar qué se siente durmiendo una noche entera del tirón, sin interrupciones de ninguna clase....

Bueno, Queridos Reyes, la alarma de la secadora me indica que ha terminado su ciclo y mi hijo se ha dado cuenta que estoy aquí encerrada. Creo que quiere que le devuelva su lápiz. Que tengan un buen viaje y recuerden sacarse el polvo de sus sandalias antes de entrar.

Pueden comerse las galletas que les dejamos en la mesa, pero cuidado por favor, con echar migas en la alfombra.

Con cariño... Mamá.

P.D. ¡Ah!... otra cosa, pueden anular todos mis deseos con tal de que hagan que mis hijos crezcan felices, sanos y se conviertan en personas de bien.

Muchas Gracias.


Desconozco la autora.
Envió que agradecemos a: Isabel Gil.

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