CAMBIOS PARA SALVAR EL PLANETA

Cambiar nuestra forma de afrontar la vida. Fundamentar la vida en el Ser y no en el tener. Vivir la vida centrados en lo realmente humano: lo espiritual. Comprender que lo material no es lo que nos hace valiosos y nos va a proporcionar la verdadera felicidad.

Cambiar el valor que damos a las cosas, y comprender que son sólo medios para conseguir otros bienes mejores, lo cual nos permitirá vivir y ser felices con menos y salvaguardar así el medio ambiente.

Cambiar el punto de mira y el horizonte de nuestra felicidad, que no puede orientarse a consumir y degradar, sino a amar y ser fuente de felicidad para los demás y de salud para el planeta.

Cambiar nuestra forma de ver el mundo: dejar de verlo como un recurso, para verlo como parte de nosotros, como el cuerpo exterior o la casa común en la que vivimos y cuya salud hay que cuidar con esmero, porque a todos nos gusta tener un cuerpo saludable y una casa acogedora.

En nuestra relación con el mundo, cambiar la mentalidad de explotación por la mentalidad fraterna como hizo S. Francisco de Asís, que llamaba hermanas a todas las cosas y las trataba como tales.

Cambiar nuestra visión individualista del mundo y la vida por una visión comunitaria global que nos permita ver en cada persona, un igual, que habita en la misma casa común. Y, así, buscar el bien de todos, especialmente de los más pobres, que son nuestros hermanos más necesitados.

Cuando seamos capaces de comprender y poner en práctica todo esto, entonces podemos decir que estamos haciendo del mundo un lugar cada vez más hermoso y habitable para todos/as.

2010 Manos Unidas

"Contra el hambre, defiende la tierra".