Además de ayudarnos a gozar de una buena salud física y mental y disfrutar con todo aquello que emprendamos, conservar el buen humor puede también permitirnos:
- Descubrir el lado bueno de las cosas y las personas.
- Confiar en nosotros y en nuestras posibilidades.
- Reírnos con frecuencia, especialmente de nosotros mismos.
- Aprender a perdonar.
- Afrontar con optimismo y seguridad todos los retos.
- Eliminar los pensamientos negativos.
- Olvidarnos del cinismo.
- Mirar al futuro con ilusión.
LA CITA
Hay dos clases de personas en el mundo que, con igual grado de riqueza, salud y otras comodidades, pueden diferenciarse en que una es feliz y la otra desgraciada. Esto nace principalmente de los diferentes puntos de vista desde los cuales consideran las cosas, las personas y los acontecimientos, y del efecto que esos diferentes puntos de vista les producen (...). En tales circunstancias, de esas dos clases de personas, los que han de ser felices fijan su atención en lo conveniente de las cosas, en las partes gratas de la conversación, los platos bien preparados, el tiempo bueno, etc. y lo disfrutan todo con alegría.
Los que han de ser infelices piensan y hablan de contrariedades, de ahí que continuamente estén descontentos de sí mismos (...).
Si tal modo de ser estuviera fundado en la naturaleza, estas personas infelices serían dignas de compasión, pero, como la disposición de criticar y disgustarse acaso se adquiere originariamente por imitación, crece de modo subconsciente hasta trocarse en hábito, puede curarse cuando los que la tienen están convencidos de sus efectos perjudiciales sobre su felicidad.
Desagrada tanto esta clase de personas que nadie las estima.
Autor: Benjamin Franklin.
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