ME ACOMPAÑA GENTE ESTUPENDA... DE "ESA GENTE QUE ME GUSTA"...

martes, 14 de septiembre de 2010

ACCIONES PARA EL NUEVO CURSO.


Es tiempo de soltar amarras...

Aquí dejo todo lo que me hace daño.

Es tiempo de ser más fluid@ con la gente, conmigo mism@.

Es momento de dejar ir, de permitir que el viento me despeine y me sacuda;

que se lleve el resentimiento, que mi alma perdone ofensas y deudores.

Es tiempo de que me perdone a mí mism@; ya me regañé bastante.

Fueron muchas las piedras que yo mism@ puse en mi camino;

los puentes dinamitados…

Para autocastigo ya estuvo bien;

elijo el camino de la aceptación; es más barato.

Acepto y entiendo que merezco empezar de cero;

con alma transparente, y espíritu tranquilo.

En este "nuevo curso que empieza", lo que ha de ser, será.

Entiendo que por más que me angustie, no agregaré a mi estatura unos centímetros.

Es tiempo de relajarme.

Dios no me está juzgando; está muy ocupado haciendo otras cosas.

Así que... ¿por qué habría yo de hacerlo?

Es hora de levar anclas... de liberar cosas, de soltar gente.

Nadie tiene porque ser como yo quiera. Así están perfect@s.

Así ha funcionado hasta este momento su vida.

¿Qué mejor prueba podría pedir para convencerme?


Me dedico a atender lo mío, a refundarme.

De vez en cuando viene a bien tirar lo que ya no sirve, soltar lastre y... perdonar.

Entre ser feliz y tener razón, elijo lo primero.

Tener la razón es el peor de los desgastes,

pues te quita el sueño intentando corregir al universo.

Me dedico a atender lo mío, a rediseñarme.


Es hora de soltar amarras, de confiar más en el Padre

y menos en la apariencia de este mundo convulso.



Me dejo ir. La vida me conduce.

Como cuando éramos chicos. ¿Te acuerdas?

Un alma que sea capaz de asombrarse

con el amarillo del atardecer y los girasoles,

de ver en el cielo un milagro pintado de azul

y no sólo un día más, llano y simple.

Es tiempo de soltar amarras y maravillarme.

He estado demasiado ocupad@ para ver las estrellas,

y no me daba cuenta de que así sostiene Dios al cielo;

con tachuelas de plata, por que el hierro se oxida.

Elijo controlar a mis propios demonios,

es más… he decidido darles vacaciones.

De tanto pelear conmigo se me estaba olvidando a que sabe la sonrisa.

Así estoy mejor, caminando erguido y a buen paso.

Trato a la gente como me gustaría ser tratada.

De este lado está más fresc@, mas oxigenad@.

Renovación es una palabra muy comprometedora...

¡te obliga a caminar sin excusas!

Sin nadie a quien echarle la culpa de nada.

Pero definitivamente es el camino al cielo.


Texto adaptado.
Fuente original: "El Secreto"
Envío y colaboración que agradecemos a:
Natalia Oliva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No dudes en expresar tu opinión. ¡Construyamos!