El dueño de un almacén oyó cómo uno de sus dependientes le decía a una clienta:
-No, señora, ya hace bastantes semanas que no la tenemos, y no parece que vayamos a tenerla en unos cuantos días…
Horrorizado por lo que había oído, el dueño se precipitó hacia la clienta cuando ésta se disponía a salir, y le dijo:
-Disculpe usted al dependiente, señora. Por supuesto que la tendremos muy pronto. De hecho, hemos cursado un pedido hace un par de semanas.
Luego se llevó al dependiente y le regañó:
-¡Nunca jamás se le ocurra decir que no tenemos algo! ¡Si no lo tenemos, diga que lo hemos pedido y que lo estamos esperando! Y ahora dígame:
-¿Qué es lo que quería esa señora?-
-Lluvia -respondió el dependiente.
Habríamos dado un gran paso si, ante todo, habláramos menos y escucháramos más y no diéramos por supuesto que sabemos de lo que el otro está hablando.
Autor: Anthony de Mello.
Nacido en India en 1931, y fallecido en Nueva York en 1987, se formó como sacerdote jesuita en su India natal para pasar a abrir un centro de orientación pastoral en Lonavla, al mismo tiempo que escribía su primer libro sobre meditación y ejercicios espirituales.
De mente inquieta y casi revolucionaria, De Mello prosiguió su formación personal interesándose por diversas tradiciones religiosas asiáticas y del Medio Oriente. Captó enseguida que los cuentos y los pequeños relatos, seguían siendo tan válidos y necesarios hoy en día como lo habían sido siempre. Es por ello que muchos de los libros que siguió escribiendo De Mello fueron una recopilación y adaptación de estas enseñanzas de origen sufí y zen, relatos del medio oriente, dichos y hechos que aparecen en las leyendas hindúes y también de las mismas enseñanzas cristianas y judías.
El común denominador entre todos estos cuentos breves -generalmente de una sola página- es su cualidad paradójica.
De mente inquieta y casi revolucionaria, De Mello prosiguió su formación personal interesándose por diversas tradiciones religiosas asiáticas y del Medio Oriente. Captó enseguida que los cuentos y los pequeños relatos, seguían siendo tan válidos y necesarios hoy en día como lo habían sido siempre. Es por ello que muchos de los libros que siguió escribiendo De Mello fueron una recopilación y adaptación de estas enseñanzas de origen sufí y zen, relatos del medio oriente, dichos y hechos que aparecen en las leyendas hindúes y también de las mismas enseñanzas cristianas y judías.
El común denominador entre todos estos cuentos breves -generalmente de una sola página- es su cualidad paradójica.
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