ME ACOMPAÑA GENTE ESTUPENDA... DE "ESA GENTE QUE ME GUSTA"...

domingo, 24 de abril de 2011

¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN 2011!


Hay que aprender a sembrar: es la manera que tienen tus manos de tocar la tierra que se desmorona. De utilizar la semilla que está a punto de brotar. De amarrar el gajo que a tu lado se desprende: sal de ti mism@, de tu parcelita íntima, del huerto cerrado de tu hogar, y préstate a la siembra, porque el mundo necesita manos, necesita fuerza, necesita brazos, necesita corazón.

Cuando siembres el bien en alguien, vas a sentir que chocas con la luz. Cuando remedies una necesidad o soluciones un problema, algo te dirá que acaba de nacer una rosa. Cuando mitigues un dolor conocerás las raíces con que se anudan los que sufren y te sentirás más human@.

Los que van sembrando por la vida conocen muchos secretos que antes eran invisibles. La piedra con que tropiezas, la pisada con que te adelantas, el nido que te sostiene, el pájaro que canta, el árbol que florece, el fruto que madura, la rosa que se entrega, todo tiene algo que decirte y algo que enseñarte.

Se generos@ con todos los que vienen a recoger lo que tú les vas dejando. Nunca atravieses un camino sin dejar alguna semilla que te identifique, nunca subas una montaña sin divisar desde la cima porqué hay tanta resequedad, tanta aridez, tantos espacios arrasados en la tierra.

Al que siembra bien en la vida Dios se le une y entre los dos hacen milagros. Porque sembrando es como se puede meter nuestro corazón en el corazón de Dios.

Hay que aprender a navegar: porque la travesía es dura. El oleaje fatigoso, las velas pesadas y el viento en contra.

Navegar sobre todas las sombras y todos los retos, para estar siempre en posición correcta. Navegar en la dirección de la fe, para traer los milagros en la paletada de los remos, navegar con otro timón, y otras velas, para poder traer un nuevo patrón a nuestro barco. Navegar sin despreciar las leyes humanas, pero buscando siempre una más alta y más sabia: la ley divina.

Navegar sin prisa, pero con seguridad; sin miedo pero con el timón apretado; sin descanso, pero con una ruta segura.

Navegar en mar abierto, pero con el puerto en la pupila; la playa en el pensamiento y el mar entre las redes.

Hay que aprender a darse. Darse como el mar, sin suprimir el arrullo, como los pájaros, sin silenciar el canto. Darse como el niño, sin perder su transparencia, como la rosa, sin medir su perfume, como la abeja, sin escatimar la miel, como el aire sin dejar de expandirse, ¡regalarse a volar! como se da el sol cuando besa el cielo, cuando enciende las estrellas y las estrellas cuando desde lo alto proclaman la paz.

Darse gratis como se da Dios.


Desconozco el autor/a.
Gentileza de una amiga que participó en el programa:
"La Solidaridad es la ternura de los Pueblos" que realizamos en Radio Gáldar F.M. 107.9 los viernes de 10.30 a 11.30 con D. Pedro Monzón, cura-párroco de San Isidro de Gáldar.

www.galdar.es

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