Tómate tu tiempo para decidir cómo quieres vivir. Que la vorágine aparente que nos envuelve, no te impida encontrar tu centro, tu sitio, desde el cual te sientes una persona armónica y desde donde compruebas que, puedes optimizar todos tus recursos, sacar a la luz de la forma más efectiva tus dones y habilidades para hacer lo que consideras bueno en cada momento, situación y circunstancia.
En numerosas ocasiones, la velocidad de los acontecimientos y los ambiente densos nos impiden elevarnos por encima de esta falsa apariencia. Recuerda que Dios está de tu parte, camina a tu lado, y te quiere por encima de todo. Busca conectarte con tu parte divina y esencial para afrontar las situaciones delicadas y saldrás airosa de aquellos episodios que podrían haberte fastidiado gozar de "un buen y maravilloso día".
Eu
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