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domingo, 30 de septiembre de 2012

DOCE CLAVES QUE TE HARÁN MÁS FELIZ.



La psicóloga Sonja Lyubomirsky, en su libro “La ciencia de la Felicidad”, ha descrito cuáles son las 12 claves que hacen la diferencia entre las personas que reconocen sentirse más felices que las demás.

Aquí te dejo esas 12 claves. Si somos capaces de convertirlas en hábitos e integrarlas en nuestra vida diaria, pueden hacer de cada un@ de nosotr@s personas más felices aún de lo que ahora somos.

Te sugiero que las leas y te plantees cómo puedes empezar a aplicarlas a tu vida. Es posible que algunas de ellas ya las estés poniendo en práctica. ¡Estupendo! Eso hará que el camino para sentirte aún más feliz sea más rápido.  Aquí van las 12 claves:

1.  Expresa gratitud. Simplemente agradece lo que tienes. No significa que no puedas ambicionar más, que no debas aspirar a más. Se trata de que también vivas agradecido por todas las maravillas que ya hay en tu vida.

2. Desarrolla tu optimismo. Aprende a ver el lado bueno de las cosas. Aprende a dar tiempo al tiempo para valorar los “reveses” de la vida. No caigas en la creencia del “piensa mal y acertarás”. Aprende a vivir con la esperanza de que te pasarán cosas maravillosas. Ponerte en lo peor sólo hace que te preocupes antes de tiempo por problemas que, la mayoría de las veces, nunca llegan a ocurrir.

3. Evita compararte con los demás. Eres una persona única en el mundo. No hay nadie como tú. Busca tus propios valores en lugar de intentar vivir con los valores de otras personas. Compárate contigo mismo y valora tus progresos, pero no te midas por lo que otros han logrado.

4. Sé bondados@. La bondad es una cualidad con muy mala prensa. Rápidamente pensamos que “alguien bueno es necesariamente tonto”. Escucha a tu corazón y haz el bien siempre que puedas. Hazlo porque quieras hacerlo y no porque esperes de los demás nada a cambio.

5. Relaciónate con los demás. La existencia es mucho más significativa cuando podemos compartir penas y alegrías con otros. Cultiva tus amistades, sal de tu cascarón y disfruta de la compañía de otras personas.

6.  Desarrolla estrategias para enfrentarte a las dificultades. De nada sirve quedarte en un rincón llorando cuando las cosas no salen como esperabas. En los malos momentos lo mejor es actuar. Practica habilidades nuevas que te puedan ayudar cuando las dificultades te pongan el camino cuesta arriba.

7. Aprende a perdonar. Pocas cosas hay que dañen tanto nuestro corazón como el odio y el resentimiento hacia aquéllos que nos hirieron. Este odio nos mantiene en un estado emocional negativo que acaba debilitando nuestro sistema inmunológico. Si no te ves capaz de perdonar pide ayuda profesional. Te sentirás mucho mejor.

8.  Busca experiencias que te hagan entrar en estado de flujo. El estado de flujo es más probable que aparezca ante tareas que sean difíciles pero que controles, que tengan un plazo de tiempo para finalizarlas, con objetivos claros y medibles, y que hagas por la tarea en sí y no porque esperes una recompensa a cambio de realizarla.

9. Disfruta de las pequeñas alegrías que la vida te ofrece. Vivimos a una velocidad de vértigo que nos impide disfrutar de muchos pequeños placeres que están a nuestro alcance: contempla un amanecer, escucha el mar, camina al lado de un niño pequeño dejando que sea él quien marque el paso, observa la luz del sol entrando por la ventana…

10.  Ponte metas y ve por ellas. Cuando te comprometes contigo mismo para conseguir algo, cuando te empeñas en alcanzar un objetivo, te llenas de la certeza de que vas a lograrlo y, lo que es más importante, encuentras un propósito para tu vida. Pocas cosas nos proporcionan tanto bienestar como saber que tenemos un propósito en la vida.

11. Practica la espiritualidad. Aceptar una existencia superior a nosotros mismos nos ayuda a conectar con el resto de seres humanos y con nuestra propia naturaleza. Nos ayuda a sentir que estamos “llamados a hacer” y a sentirnos parte importante de un proyecto común.

12.  Cuida tu cuerpo. Tu cuerpo es tu templo. Te acompaña a lo largo de toda tu vida. Un buen cuidado de tu energía física (cuerpo) favorece que tu energía mental (enfoque), tu energía emocional (sentimientos) y tu energía espiritual (objetivos) sean más positivas. Existen innumerables investigaciones que demuestran los beneficios que te ofrecen una buena alimentación y el ejercicio físico moderado.


1 comentario:

  1. Hola Eu! Me ha encantado. Sobre todo, destacaría las claves 6 y 9. Gracias por ofrecernos esos`preciosos regalitos. Un abrazo amiga! Nivaria

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