El verano, evoca (para mí), la inocencia de la infancia.
Libertad, juegos, alegría, desenfado y desafíos,... prisas por vivir, y no desperdiciar el tiempo. La siesta era para los "mayores" ¡qué manera de perder un ratito de tarde maravillosa!...
Sabor a "leche condensada" y a salitre de mar.
Estío laaargo, infancia soñadora y todo "un mundo por hacer".
Eu
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