En un trozo de papel con un simple lapicero yo tracé una escalerita, tachonada de luceros. Hermosas estrellas de oro. De plata no había ninguna. Yo quería una escalera para subir a la Luna. Para a subir a la Luna y secarle sus ojitos, no me valen los luceros, como humildes peldañitos. ¿Será porque son dorados en un cielo azul añil? Sólo sé que no me sirven para llegar hasta allí. Estrellitas y luceros, pintados con mucho amor, ¡quiero subir a la Luna y llenarla de color!
El regalo de poder celebrar mis 25 años de diácono en África
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Songo, miércoles 24 de abril de 2024
El regalo de poder celebrar mis 25 años de diácono en África
tiene para mí un gran valor sentime...
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