Ejercicio de respiración: Intenta que tu casa, tu lugar de trabajo, los ambientes en los que te mueves sean una atmósfera de Paz y Comprensión. De esta manera, te costará menos respirar...
Ejercicio ocular: Esfuérzate por ver las cosas buenas que tienen los demás, y trata de cerrar, minimizar los ojos a sus defectos (fijarse en ellos es lo más fácil y evidente).
Ejercicio auditivo: Escucha tu interior. Si lo haces con serenidad y buena voluntad, él te dirá en cada momento la senda que debes tomar.
Ejercicios para la mente: Ejercita tu cerebro para que produzca exclusivamente ideas positivas y constructivas. Es cuestión de práctica.
Ejercicios para la lengua: Pon amor en tus labios y verás cómo sanan tus palabras.
Ejercicio para el amor: Toma en cuenta a los que te rodean. Tócales, abrázales, no pierdas el contacto humano tan indispensable para sanar heridas y corazones enfermos.
Ejercicios para la cara: Sonríe... sonríe... sonríe... Nunca te canses de hacerlo, seguro que a alguien le alegrarás el día.
Ejercicios para el corazón: Todos necesitamos a alguien, y alguien necesita de tí.
Ejercicios para el alma: Aléjate de la envidia, el egoísmo, el odio, la prepotencia... son frenos en tu crecimiento.
HAZ ESTOS EJERCICIOS CADA DÍA Y PROBABLEMENTE, POCO A POCO, NO SOLO TÚ TE SENTIRÁS MEJOR, SINO QUE EL MUNDO LLEGARA A SER ALGO MÁS HUMANO Y HABITABLE TAMBIÉN.
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