ME ACOMPAÑA GENTE ESTUPENDA... DE "ESA GENTE QUE ME GUSTA"...

martes, 2 de febrero de 2010

LA VIDA



La vida es amor, vívelo intensamente porque es la propia vida quién te lo está ofreciendo, te lo está regalando; mira siempre hacia delante, deja atrás los rencores, los miedos y, ante todo, esa angustia que durante mucho tiempo te atenazó. El amor es la máxima expresión ante la vida; el amor es la reflexión en el camino; el amor es la esperanza de todo ser humano; el amor es la pasión para todo el que ama; el amor es la razón de mi vida.

La vida es aprender, recorrer ese camino en todas direcciones y en uno de ellos encontraras la calma, la tranquilidad. Que nada te inquiete y que todo te motive. Esa es la lección. Toma lección ante todo aquello que te ofrece la vida y, las posibilidades son infinitas; aprende de tus errores puesto que, es ahí donde comprenderás tu grandeza y enaltecerás tu humildad. Aprende todo lo que no sepas puesto que, no existe mejor tesoro. No te dejes llevar por los que no saben que, sin pretenderlo, te abocarán al fracaso; el hombre sabio no es otro que el que sabe aprender de los demás.

La vida es un regalo; cuídala, mímala y sobre todo sé agradecido y ella te premiará con sabiduría, con amor, con esperanzas, con ilusiones, con deseos, con amigos, con tu propia razón de ser. Ese regalo que alumbró tu propia existencia es el que debes de conservar; nunca desperdicies aquello que la vida te entrega que, en definitiva, está siempre repleto de amor.


La vida es hermosa; procura verla con los ojos la belleza y, por encima de todo, mira todas las posibilidades que te ofrece y disfrútala a plenitud; eres tú el que tiene que decidir como quieres vivirla; la vida es eso, tu propia decisión. Y si la vida es hermosa no empañes con tus errores la grandeza intrínseca que anida dentro de tu ser. Las bellezas de la vida las construyes tú; la vida es bella en su propio devenir; pero tú eres el ser más bello, no en vano eres hijo de Dios.


Entre hermosura, retos, lecciones, vivencias, regalos, lecciones y amor, ante dicho conjuro se construye la propia vida. Y, a no dudar tú serás siempre el artífice de todo aquello que hayas programado desde el fondo de tu ser. Yo soy la propia vida, justamente, esa partícula ínfima que forma parte de esa grandeza a la que llamamos humanidad. En ella vivimos y con ella nos esperanzamos.

Autora: Carmen Martínez López

Artículo publicado en la sección "Plumas Invitadas" en la página de Facundo Cabral.

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