ME ACOMPAÑA GENTE ESTUPENDA... DE "ESA GENTE QUE ME GUSTA"...

domingo, 20 de junio de 2010

"A MI NADIE PUEDE YA DAÑARME..."

La heroína de esta historia real, fue la primera modelo africana en tener contrato en exclusiva con Revlon.


En 1997, escribió su primer libro autobiográfico, "La flor del desierto" que se publicó en Nueva York.

En el segundo libro, año 2002 "Amanecer en el desierto", describe su viaje.

En su tercer libro, 2005 "Niñas del desierto", habla del día que rompió su silencio, habla de sus contratiempos y de sus éxitos.

Su cuarto libro en 2007, se titula "Cartas a Mi Madre".

Waris Dirie dice que “Este es un libro más intimista. Hay heridas que tardan en cicatrizar. El deseo de ver a su madre de nuevo, …olvidarla, …fue intenso.

Tuvo que darse cuenta que el amor y el sufrimiento están muchas veces conectados. Trabajar en ese libro fue doloroso, pero una experiencia realmente necesaria para ella…

"Nació en el desierto de Somalia, no sabe la edad que tenía, lo único que sabía es que cada día es nuevo. ¿Treinta y tres años?, ¿treinta y seis?... ¡qué más da!, en el desierto no hay papeles ni falta que hacen. El desierto fue su hogar durante toda su infancia, pastoreaba el rebaño de camellos y cabras de su padre.

Lo peor era estar descalza, el suelo salpicado de piedras, no podían pagarse unas sandalias. ¡Cómo le sangraban los pies!. No tenían nada, ni casa, ni agua, eran nómadas…pero tenían el rebaño y a ellos mismos.

Estaban bien unidos: su madre, sus hermanos, su padre la maltrataba pegándola, pero… él mandaba. Era un hombre fuerte, alto, sólido, guerrero.

Pero debo decir que años después, cuando estaba sola en Nueva York, habría preferido mil veces un bofetón de su padre a esa soledad...

Llegó a Nueva York por un milagro, cuando tenía 13 años se escapó. Su padre iba a casarla con un anciano de 60 años porque le daba cinco camellos. Ella era especial, rebelde. Las niñas son educadas para trabajar y ser ofrecidas en matrimonio. Eso quieren los padres.

La madre se preocupa de que su hija sea pura limpia, virgen y por eso su madre a los cinco años la llevó a la ablación. Por amor a ella. Y ella, ¡claro! quería ser “pura y limpia”. En Somalia se practica la ablación más severa: Se extirpan clítoris y labios menores de la vagina.

La herida se cose dejando sólo una abertura del diámetro de una cabeza de cerilla para la orina y la menstruación. Su hermana murió desangrada y ella, desde aquel día, supo que ya nada podría destruirla, y decía:

SOLO TEMO A DIOS, ALÁ ES YA EL ÚNICO QUE PUEDE HACERME DAÑO…

Cuando empezó a hablar sobre la ablación en Estados Unidos, se sintió muy culpable, por que estaba criticando la cultura de su familia amada. Hoy se dedica a conseguir medios para formar maestros/as en Somalia, educar a niñas, a las madres… Lo ha logrado con su madre. Veinte años después de escaparse de su casa, ha vuelto a Somalia.

Se reencontró con su madre… y ya piensa como ella...

¡HAY ESPERANZA!

Para escaparse, cruzó el desierto. Una mañana despertó con un león ante ella, con su enorme melena y le dijo: "Cómeme. Estoy preparada"… y se fue. Ese día supo que ALÁ la reservaba para algo…y fue que encontró a una tía suya que estaba casada con un diplomático somalí destinado en Londres y le pidio que la llevara allí como criada.

¡Nunca antes había visto blancos!.

Le preguntan si cambiaría algo de su cuerpo y ella contesta:

-Si, mi piernas que están arqueadas, pero no: las agradezco , porque son hijas de mi malnutrición infantil y ellas me recuerdan quién soy. La única hermosura que valoro es la del alma.

Debemos dar gracias por estar vivos.

Hoy no le falta nada… pero cuando ve el agua que se va por el desagüe al ducharse se desespera...

¡LO QUE HARÍAN EN EL DESIERTO CON CADA GOTA…!

Con el tiempo volvió a ver a su padre, le habían robado su rebaño y operado de los ojos con un cuchillo en el desierto :

Quedó ciego.

A aquel hombre tan poderoso y fuerte lo vio ahora frágil y desvalido… pero aún con la cabeza alta.

Cuando se despedieron le confesó:

"Tú eres como yo".

Su padre… ¡estaba orgulloso de ella! Y LLORÓ…

Waris Dirie se reencontró con su familia después de 22 años. El viaje de regreso fue muy chocante. Atravesando el desierto, quiso detenerse para recoger a una señora que caminaba con los pies ensangrentados.

El chofer respondió:

“No te preocupes, sólo es una mujer.”

Como en un cuento de hadas, Waris Dirie, se convirtió en una de las modelos más solicitadas de la época. Un día mientras fregaba pisos en una tienda, un fotógrafo la descubrió. Muy Pronto, su figura se paseaba entre París, Londres, Italia y Nueva York.

Waris Dirie dejó atrás las pasarelas, el cine y la moda.

Como Embajadora de Naciones Unidas, recorrió África y consiguió que 15 países penalicen la mutilación femenina. Ha creado una fundación para luchar contra esta violencia.

“A su regreso de África, lo contó todo a periodistas, en conferencias, en programas de televisión, como defensora de las seis mil niñas que, día a día, son mutiladas. Nada puede ser peor que orinar y menstruar por una abertura del tamaño de un guisante.” -Dijo-.

«Ayudamos a mujeres que quieren mejorar su vida y que luchan por ello». «No sé si existe algo llamado valor y no sé si yo lo tengo» -dice- este "ave fénix de ébano", renacida varias veces de sus cenizas.

"Quien se vea en mis circunstancias, hallará la fuerza para llegar al otro lado".

Es algo que hacen millones de seres humanos cada día, y a los que queremos ayudar» propone Dirie. «Mi modo de ayudar es ser como soy; hacer lo que hago cada día, convenciendo a la gente de que es posible cambiar»

Dirie ha escrito varios libros sobre su vida y recorre el mundo en una batalla sin descanso contra la ablación, pero asegura que, hoy por hoy, su única meta «es lograr la paz, el amor y el respeto que siempre ha buscado», uno valores que «exije al mundo, para ella y para todos»

Sherry Hormann, dijo:

«Hice la película (basada en la novela original) porque soy mujer, madre y un ser humano. Todos los humanos compartimos haber sido niños, y los niños deberían estar a salvo del cualquier daño»

Desde la primera lectura del libro de Dirie coloca la «valentía»de su autora «por encina de la tristeza».

Hoy se dedica a su hijo ALEEKE de 13 años y a su gente.

Cuesta sostenerle la mirada: es como la mirada de un omnipotente león.

Colaboración y envío que agradecemos a:

Milagrosa Salgado Ramos.

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