REFLEXIÓN...

¿Por qué te indigna el indignado?

¿Te lo has preguntado a conciencia?

¿Se lo has preguntado a tu corazón?

¿A tu alma?

Porque, lo que yo pienso con respecto a esta semilla que empieza a germinar es que, se trata de un rayito de luz que puede convertirse en un árbol con buenos frutos, con buena sombra, una aportación nueva a lo que hay, como una nueva medicina, nuevos paradigmas que caben si miras un poco más allá.

Nadie se indigna si tuviera delante un mundo justo, con lo necesario e imprescindible para vivir.

- Un trabajo digno.

- Derecho a una casa que no valga lo que todos sabemos que no vale.

- El derecho a tener sueños.

- El derecho a tener esperanza.

- El derecho a vivir serenamente para realizarte como ser humano; con protección, con alegría, sin tanto despilfarro en cosas inútiles.

- Con el apoyo necesario que salga de tus propios impuestos.

- Con una valoración de las necesidades hechas desde el sentido común, desde la igualdad.

Los jóvenes son los últimos en llegar y se les culpa de todo lo que pasa, se les llama injustamente: gandules, irresponsables, anarquistas, violentos, hippies, sucios ...

¡Y no es justo!

Si no se van de casa es porque no pueden, si se divierten en la calle es porque no tienen dinero para hacerlo en otro lugar. Si no están contentos y equilibrados es porque esta sociedad les está privando de sus derechos.

- ¡Escúchalos!, no les pegues, pregúntales qué les pasa, qué necesitan, por qué tanto descontento...

¡¡Por qué gritan!!

Este S.O.S. no es por capricho; no es por vanidad, no es para quitar a unos y poner a otros, no quieren eso, ... quieren un mundo horizontal; trabajar, reír, amar, llegar a su casa por un camino limpio, con flores...

¿Eso te parece mal?

Autora: Meri Ojeda.